Bad buzz en el mundo de la moda

Hoy en día, con las redes sociales, si hay algo que las marcas detestan por encima de todo es el bad buzz. Un buzz positivo es fantástico para una marca, ya que le permite darse a conocer y destacar del resto, pero cuando es negativo puede tirar por la borda meses e incluso años de trabajo de comunicación y RRPP (#McFail de McDonald’s o el hombe desnudo de La Redoute). Por lo que el bad buzz puede llegar a ser un auténtico drama y pesadilla para las marcas y empresas. Y cuando algunas marcas no dudan en utilizar contenidos sin permiso para beneficio propio, deben atenerse a las consecuencias.

bad buzz en el mundo de la moda

Casos internacionales de bad buzz

El bad buzz ha causado daños a marcas internacionales de reconocido prestigio. Aunque en mi post Cuidado con el social media buzz hago referencia a los tres primeros, nunca esta de más recordarlos brevemente. El caso más conocido es el de Kit Kat (Nestle) en marzo de 2010, cuando Greenpeace lanzó un vídeo denunciado la utilización del aceite de palma en sus productos, que provocaba desforestación y con ello la eliminación del ecosistema del orangután.

También tenemos el primer caso conocido de bad buzz en 2008, cuando el guitarrista David Carroll dedicó una canción a United Airlines porque durante un viaje en dicha compañía le habían roto su guitarra o el caso del vídeo grabado por los propios empleados de Domino Pizza.

Y el caso de Boeing, que finalmente, debido a una buena gestión, se consigue frenar en cierta medida el bad buzz. Un niño de 8 años, Harry Winsor, envía a Boeing un dibujo con una propuesta para mejorar sus aviones, y la compañía le respondió a través de una carta en tono serio y con una total falta de sensibilidad. Su padre lo comentó en su blog y en Twitter. Tal fue el efecto causado que el propio director de comunicación de la compañía se disculpó en el blog del padre y llamó personalmente al Harry para invitarle a visitar la empresa aeronáutica. bad buzz boeing

Casos nacionales de bad buzz

En España, a parte del famoso caso del programa “Sorpresa, sorpresa” (1999) con el perro Ricky Martin y la mermelada, que yo creo que fue el primer caso de bad buzz conocido en España, que en menos de 24 horas ya estaba en boca de todos los españoles y solamente a través del boca a boca (en aquella época no había redes sociales aún), y que obligó a la propia presentadora del programa, Isabel Gemio, a desmentir el tema en su programa, también tenemos nuestros casos de bad buzz a nivel de social media. Por ejemplo, el caso de Tulipan, que tenía un blog con recetas supuestamente todas ellas elaboradas por ellos, y cual fue la sorpresa de muchos blogueros, cuando que se dieron cuenta de que Tulipan se dedicaba a plagiar recetas suyas, incluida la foto, añadiendo solo margarina.

bad buzz tulipan

O el caso de la humillación de Manolo Lama a un mendigo o el de Menéame.

Todos estos bad buzz son el resultado de una mala gestión por parte del community manager o la persona responsable ya que en la mayoría de los casos, de haber tenido definido desde el principio un plan de actuación, se hubiera evitado el bad buzz o por lo menos se hubieran minimizado los daños. Por eso os recomiendo leer Consejos que nunca hay que olvidar en la gestión de un bad buzz y Como responder al bad buzz (infografía).

Bad buzz en la moda

Con todos estos ejemplos, queda claro que el bad buzz es realmente un peligro para las marcas. Pero desgraciadamente muchas marcas no aprenden. En la blogosfera, el 60% son hombres y el 40% son mujeres, pero ciertas categorías como el blogs de moda y de fotografía son territorio mayoritariamente femenino. La mayoría de las blogueras influyentes estan en estas dos categorías y disfrutan, por regla genral, de una comunidad de seguidores muy grande y con un fuerte engagement.

Estas blogueras son “cortejadas” por numerosas marcas para que hablen de sus productos y podemos ver colaboraciones entre marcas y blogueras. Hasta aquí ningún problemas, una perfecta colaboración entre el mundo digital y el real. Los problemas surgen cuando una marca de moda plagia un dibujo de una diseñadora o la imagen de una bloguera. Marcas como Zara o Pepe Jeans no han dudado en coger información de estas blogueras y crear colecciones sin la autorización de ellas.

Bad buzz blogs de moda
Foto de Louise Ebel en su blog Miss Pandora bad buzz blog de moda                            La camiseta de Zara estampada con la cara de Pauline Darley

 

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Camiseta de Stradivarius estampada con la imagen de la bloguera Michèle Krüsi

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                             La bloguera mejicana Andy Torres en una camiseta de Lefties

El bad buzz en estas situaciones es inevitable ya que son blogueras con tanta influencia que tienen grandes comunidades de seguidores, con la fuerza suficiente como para denunciar este fenómeno y que transcienda a los medios.

Estos ejemplos se multiplican y el último de ellos que conozco procede de la bloguera de “Like a princess by Kuka”, cuya imagen aparece en una camiseta de la firma brasileña John John Denim. Los blogueros pueden que tengan problemas para hacerse oír por si mismos, pero con la ayuda de sus seguidores logran hacerse escuchar. Por lo tanto, las marcas involucradas en estos actos de “copia” seguro que sufrirán un buzz de baja intensidad, lento, pero eficaz (el wom sigue siendo una medio muy eficaz de comunicación).

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La bloguera de “Like a princess by Kuka” en una camiseta de John John Denim

Y yo estoy convencido que las grandes marcas van poco a poco tomando conciencia del poder de los blogs, de su influencia y del bad buzz que pueden llegar a generar.



Author: Samuel Diosdado
20 años experiencia en Marketing, 10 años en Marketing Digital. Consultor de Marketing freelance. He trabajado como responsable de Marketing y he colaborado en el proceso de transformación digital de PYMES. Google

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