- 07/04/2013
- Posted by: Samuel Diosdado
- Categoría: Personal

Llevaba tiempo deseando escribir un post sobre una de mis pasiones, el running, pero no encontraba el momento. Ahora que estoy de subidón por haber realizado mi primera media maratón no he podido resistirme a escribirlo. Quien me iba a decir a mi, 4 años y medio después de empezar a correr, que iba a ser capaz de correr 21 kilómetros… Aquí explico brevemente como he llegado hasta hoy y también aprovecho para dar una respuesta personal a las principales preguntas que nos plantean las personas que desconocen el running.

Mis inicios
Cuando era niño odiaba correr. Me acuerdo que cuando el profesor de deporte nos hacía dar tres vueltas al colegio o hacer el test de Cooper acababa con un flato que para que. El único deporte que me gustaba era la natación y punto. Ya en la preadolescencia practique el tenis pero lo que realmente me gustaba era el windsurf que practiqué durante unos 10 años, pero entre que empeze a ir menos a la casa de la playa y no renovaba mi equipo de windsurf (que costaba un dinero), acabe dejándolo, aunque reconozco que me gustaba bastante. El hecho de vivir en Madrid y solo ir a la playa dos o tres veces al año hizo que nunca llegase a perfeccionarlo, una pena. Por lo que en el año 2000 ya no practicaba ningún deporte.
En septiembre de 2002 llegó un punto de inflexión en mi vida deportiva. Tras dos año de puro sedentarismo, comer lo que no estaba escrito y engordar 15 kilos, decidí apuntarme en un gimnasio y dedicarme al fitness. Y durante 6 años me dedique a practicar asiduamente algo de musculación, nunca nada exagerado, lo suficiente como para estar en forma. Lo complementaba con algo de cinta en el gimnasio ya que me habían recomendado que debía combinar algo de musculación con aeróbico. Pero realmente era un complemento. Nunca corría más de 30 minutos en cinta.
Durante mis años de gimnasio, cogí cierta forma física y empecé a tener cierto aguante al correr, aunque no le daba valor a este hecho ya que mi objetivo era siempre el tonificar los músculos. Recuerdo que en julio de 2008, coincidiendo que mi cuñado Manu vivía y vive cerca de nosotros, y que se estaba preparando para una carrera popular que organizaba Nike el 31 de agosto, la Human Race, me dije “¿Por qué no?”. Y de la mano de mi cuñado me inicie en esto del running. Evidentemente ayudó el hecho de estar haciendo ya algo de deporte porque algo de resistencia ya tenía ganado de inicio.
Recuerdo que al principio el dar una vuelta a lo que en el barrio llamamos el cuartel (un antiguo parque de ingenieros militares ya cerrado), que era algo más de 2 kilómetros en 15 minutos era toda una proeza.
La Human Race, mi primera carrera popular
Finalmente, tras mes y medio de preparación llegó mi primera carrera popular, la Human Race. Un 31 de agosto a las 20:00 de la tarde, con bastante calor. Recuerdo que me acompaño mi mujer, embarazada de nuestro primer hijo, y que estaba muy nervioso y que se me pasaban por la cabeza los típicos pensamientos que tenemos todos al correr por primera vez una carrera popular “¿la terminaré?”, “¿Debo empezar fuerte para quitarme gente y luego bajar el ritmo?, pero y si me desfondo antes de tiempo…”, “y si paro durante la carrera ¿seré capaz de iniciar de nuevo la carrera?” “Mejor empezar a ritmo constante y si veo que tengo fuerzas tirar más hacia el final o ¿empezar flojo para reservar energías para más adelante?”, “tendría que haber entrenado un poco más”… porque seamos sinceros, aunque intentemos tranquilizarnos diciendo “no pasa nada, hasta donde llegue”, realmente en el fondo, por orgullo personal, queremos acabarla como sea, porque cuando eres un verdadero runner, el gran rival a batir en el running eres tu mismo.

¡Finalmente logré acabar la carrera! Recuerdo que la hice en poco más de 58 minutos. Estaba muy contento porque había logrado acabar la carrera y ¡en menos de una hora!, que son los dos primeras metas que yo creo que se marca todo runner.
En mi opinión, las carreras populares son muy importantes, no por los 10 kilómetros en sí, que uno puede hacerlos perfectamente por su cuenta, sino porque son un fuerte aliciente para correr y motivarse.
Tras esta primera carrera popular, fui sustituyendo tiempo de gimnasio por zapatillas y asfalto y, a partir del nacimiento de mi primer hijo, a primeros de diciembre, mis visitas al gimnasio empezaron a ser esporádicas. El poco tiempo que tenía lo prefería dedicar a correr porque me permitía más flexibilidad horaria (podía a salir cuando yo quería y/o podía) y ganar tiempo (no tenía que desplazarme a ningún sitio, ni cambiarme). Finalmente, en febrero de 2009 deje el gimnasio y dediqué el poco tiempo de deporte que tenía a correr, ¡el running había ganado a las mancuernas!.
De la Human Race a la media maratón de Madrid
Con unos 4.000 kilómetros de pateo por mi barrio, 30 carreras populares y 4 San Silvestres, notaba que mi cuerpo me pedía más, o bien bajar de tiempo o pasar al siguiente nivel de distancia, es decir la media maratón. Realmente bajar de 43 minutos, teniendo en cuenta que mi modalidad de entrenamiento es autodidacta, es decir ir viendo lo que puedo ir bajando cada vez que corro pero sin nada de series, ni fartlek, ni complemento de gimnasio, sabía que me era muy difícil conseguirlo, por lo que si en algún momento me planteaba evolucionar, mi idea era pasarme a la media maratón, es decir, sustituir tiempo por distancia. Además me daba cuenta que al finalizar un 10.000, mi cuerpo aún tenía algo de energía. Era algo que tenía en mente pero que no me planteaba a corto plazo.
Y de nuevo mi cuñado Manu entró en escena y se volvió a producir lo de hace 4 años y medio. En diciembre de 2012 me comentó que se había apuntado para la media maratón de Madrid el próximo 7 de abril y me dije “¿Por qué no?” y junto a que el 25 de diciembre pude superar la barrera psicológica de los 10 kilómetros, un territorio desconocido para mí, haciéndome 12 kilómetros del tirón. Me lancé a prepararme. Tenía tres meses por delante.
Lo irónico del tema es que con un hijo pensaba que ni de broma iba a sacar tiempo para preparar nada que no fuera una popular y derepente con un hijo más de unos pocos meses, me lancé a preparar la media maratón… así se las gasta el running!!
Y durante tres meses estuve pegándome unos buenos madrugones, me levantaba a las 6:00 para salir a correr. Mi programa de entrenamiento era muy sencillo, como mínimo corría dos días entre semana (8 y 12 kilómetros) y el fin de semana hacía una carrera más larga (16 kilómetros y en algún caso 19 kilómetros). Alguna semana, en la que mi hija recién nacida nos dejaba dormir alguna noche bien, metía un día más de entrenamiento. Eso si, haciendo mis buenos estiramientos antes y después de cada carrera para evitar otra fascitis plantar o lesión similar.
Ahora, a modo de entrevista, voy a responder a las típicas preguntas que te hacen las personas que nunca han probado eso de correr.
¿Por qué corres?, ¿Qué tiene de especial que no tenga otro deporte?
Para mí, la enorme sensación de libertad que experimentas. No hay otra igual. Correr es un momento mágico en el que estás contigo mismo, con tus pensamientos, inquietudes, alegrías, reflexiones… e incluso en algún momento dejas la mente en blanco, como si estuvieras haciendo “Running Reiki ” :-). Como decía una campaña de Nike Running, “si algo te quema, quémalo corriendo”.
Es un deporte duro y exigente que requiere grandes dosis de sacrificio, disciplina y capacidad de sufrimiento. Pero todo lo que le das al running, te lo devuelve con creces. Le das continuidad, te devuelve bienestar físico y mental. Le das sacrificio, te devuelve resistencia. Les das madrugones y te devuelve calidad de sueño. Correr te hace diferente, mejor.
Correr es de cobardes
Es la típica frase que te suelen soltar las personas que no hacen deporte o que no van más allá del padel o de las mancuernas, cuando comentas que te gusta correr. Los que dicen que correr es para cobardes, no han corrido nunca, es el tópico de aquellas personas que no le ven sentido a correr. Simplemente, diría que es fruto de una ignorancia supina. A este respecto, recuerdo que en una de las carreras populares que hice, un corredor tenía una camiseta en cuyo dorso ponía “si correr es de cobarde, sígueme si tienes cojones”, sin comentarios…
¿No es aburrido eso de correr?
Para nada. Eso es porque no lo han probado lo suficiente. Si hay continuidad, uno experimenta no solamente un bienestar físico sino también mental. En estos tiempos actuales, en los que estamos sometidos a ruidos constantes, donde no paramos un solo momento y el tiempo para pensar en nuestras cosas es cada vez menor, el disponer de un rato para estar en soledad es un buen momento para buscarse a uno mismo, ¡un auténtico lujo!.
La importancia de la carrera popular para los nuevos runners
Pero el colofón es correr una carrera popular. No falla. Persona que corre por primera vez una carrera popular ya esta cazado por el espíritu running, es difícil que una vez corrido tu primera carrera popular no te apetezca apuntarte a la siguiente. No solamente por el subidon de haberla acabado sino por todo lo que envuelve la carrera: ver que no eres el único “pringao” que se quita horas de sueño para correr llueve o nieve o que se pone a correr tras un día de mucho trabajo o que se levanta un domingo a las 7:00 para ir a correr, ver el hermanamiento que suele haber entre los corredores… y en mi caso, esta el hecho de que habitualmente corro solo y aunque me gusta, se agradece de vez en cuando correr con otros amantes el running y también, el cambiar mi ruta habitual por el barrio por otros recorridos; ¡¡es una auténtica pasada tener toda la Castellana o Serrano o Gran Vía para correr a tus anchas, sin tener que preocuparte de coches, semáforos o de esas personas que te ven venir y no se mueven un solo centímetro a pesar de tener 2 metros de acera a su derecha!!…
Y la San Silvestre ya es otro nivel, porque aunque ha perdido parte de su sentido ya que en mi opinión lo han vuelto excesivamente comercial (cuando yo corrí por primera vez en 2009 éramos 25.000 personas y esta última ya estábamos por 40.000) sigue teniendo algo especial, algo distinto. Es como la guinda a un año de running. Se que es una tontería, pero para mi es ya como la tradición de tomar las uvas: tengo la sensación de que si la corro tendré un buen año. Es como quitarse todo el mal rollo y estrés del año para empezar el año con el espíritu sosegado, sereno y limpio.
Ahi os dejo el vídeo que grabe unos minutos antes de empezar a correr la San Silvestre Vallecana’12. ¡PEDAZO DE AMBIENTE!.
Tampoco hay que olvidar que todos tenemos nuestro punto de autoestima y de competitividad y nos gusta ir superándonos carrera a carrera: que si primero acabarla, que si luego bajar de una hora, luego a ver si bajo de los 50 minutos…
Entonces, engancha. ¿Por qué?
Es un ejercicio para el que no necesitas a nadie más. Uno puede correr solo y a la hora y momento que quiera o que le venga bien. Es barato. Es gratificante. Adelgaza muy rápido. Pero eso sí, requiere continuidad y regularidad.
Recuerdo que a finales del 2011 empecé a sentir molestias en el talón, que hacía que tras una carrera fuerte y un breve descanso me costará empezar a andar (parecía Chiquito de la Calzada). Pero como las ganas de correr eran más fuerte que la molestia, nunca me lo llegaba a tratar, por miedo a que sucediera lo que luego paso: que tuviera que dejar de correr una temporada. Pero ya después de la San Silvestre’11 la molestia se convirtió verdadero dolor y tuve que ir al traumatólogo me digo que padecía un fascitis plantar que se me había complicado (por no parar a tiempo) y que debía dejar de correr totalmente durante un tiempo. Los dos meses sin correr se me hicieron muy duros y eternos, por fortuna, enero y febrero son meses de poca actividad de carreras populares en Madrid. La sensación vivida durante los dos meses de parón lo resume muy bien la frase que ponía en la camiseta de la San Silvestre de 2006: ¿Sufres más cuando corres o cuando no sales a correr?… ¡que gran verdad!
¿Hay algo que no te guste del running?
Si. Al igual que en mi profesión existen los “paramarketers”, en el running existen lo que yo denomino “pararunners”. Gente que corre pero de forma… llamémosle no sana. Es decir, corredores que no buscan mejorar por superarse a si mismo, sino tener mejor tiempo que fulanito o menganito. Y dentro de estos, están los que recurren a ciertos “productos”, como parches de cafeina o un chute de red bull, etc. para correr más, pero ¿más que quien?, ¿que uno mismo?… podría llegar a entenderlo si el objetivo es quedar entre los cinco o diez primeros, pero si no, ¿Qué sentido tiene?… yo por lo menos no lo veo. Otra cosas es tomar algo de glucosa o un plátano para rendir mejor durante la carrera. Y si al ir mejorando tu propio ritmo y tus tiempos, logras sacar mejores tiempos que menganito, pues mejor que mejor, pero ese no es el objetivo, es una consecuencia.
En mi caso, disfruto más haciendo de liebre de un amigo que luchando por bajar unas décimas más de tiempo. Me siente mucho más realizado.
El último spot de Asics, resume perfectamente el verdadero espíritu el running.
Después de este largo speech me he quedado como nuevo. Tenía tanta emoción y satisfacción contenida que me ha venido fenomenal escribir este post. Si de paso he logrado que alguien se anime a correr, mejor que mejor ;-).
Quien sabe, puede que algún día me vea corriendo la modalidad reina, la maratón, y por soñar que no quede, entre los rascacielos de Nueva York…

Buen post. Aquí podéis leer también unos consejillos para preparar una carrera popular de 10 km. http://deporadictos.com/como-afrontar-una-carrera-popular-de-10-kilometros/